Femenino | Marina accede al planeta gol con un colosal repoker

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El fútbol femenino es fantástico. Y para que esto sea así, no necesitamos campos llenos de aficionados ni televisión a la carta cada fin de semana. Tampoco nóminas mareantes que rozan el fraude -moral- al menos. Ni presentaciones o ruedas de prensa “no hay billetes”. Ni poses,  ni cumpleaños clandestinos ocupando portadas. Ni nada. Para seguir disfrutando de él durante mucho tiempo, sólo nos bastará con cuidar a sus verdaderas protagonistas. Aquéllas que logran, con su magia, hacernos eternamente felices durante noventa minutos. Marinita es actriz principal de este selecto reparto que, como en el séptimo arte, nos genera la posibilidad de soñar en cada partido.

El pasado domingo en Cáceres rubricó con sus cuatro golazos una de las páginas más épicas de la historia del Algaidas CD femenino. Y lo consiguió con la naturalidad de quien hace lo que siente como algo necesario. Con pasión, pero con cautela. Con orgullo, pero sin excentricidades. Con humildad. Marina Luque es más que una gran futbolista. Si el deporte femenino en la ciudad de Algaidas dispensara de la atención que se merece, hasta los más ajenos a esta febril pasión sabrían de su existencia. Deportista top, a uno se le hace difícil comprobar que Marinita no haya vestido la elástica nacional. Su trayectoria está llena de éxitos, tanto a nivel personal como a nivel de club. Figura destacada de todos los equipos de los que ha formado parte, ha defendido los colores de la selección andaluza y ha podido demostrar su clase por todos los campos de nuestra geografía especialmente en las temporadas que jugó en Superliga. Incluso participó con Futbolcarrasco en el pasado All Stars Game.

A los 27 años decidió desempolvar sus botas y darle otra oportunidad al fútbol. Éste aceptó encantado. Tras casi dos temporadas en el Algaidas CD, Marina Luque ha vuelto a ser la de siempre. En poco más de un año ha demostrado que aún sigue teniendo un lugar preferente en el mundo del fútbol femenino actual. El póker de aciertos en tierras extremeñas lo certifica. Pero Marinita es mucho más que gol: dribla, asiste, revoluciona, inventa. Convierte los saques de esquinas en claras ocasiones, desde ambos perfiles, sin dejarnos adivinar si es zurda o definitivamente diestra. Rompe líneas defensivas con velocidad y destreza, y asume la responsabilidad de estar siempre preparada, como quien se sabe importante, indispensable, letal.

Y nadie le ha regalado nada. Quizás por eso su currículum no le hace del todo justicia. Paradójicamente, es ella quien se viste de corto cada domingo para regalarnos su mejor versión sobre el césped, sin reservas.

El fútbol está de enhorabuena. La rubia que vuela con el nueve a la espalda, la delantera de la eterna sonrisa ha regresado. Y mientras el fútbol femenino sea capaz de mantener en primera línea a jugadoras de este perfil, no necesitará de nada extraordinario para seguir siendo un deporte fantástico. Ni jeques, ni purpurina,…ni nada.

Fotos de David Liguero.