Senior | Miguel Navarro, el alma de la zaga

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Antes de nada, hay que  presentar una parte de la oración de todo futbolista, un discurso que evoca al mismísimo Padrenuestro y que presenta una peculiaridad, es diferente a cualquier otra porque lleva consigo una adivinanza sobre la posición en el campo de un jugador vital para el equipo:

Aquí y ahora. En el lugar indicado y en el momento exacto. En la contundencia y en la agresividad. En las malas y en las buenas. Sin miedo y sin temor. En la bola y no en el jugador. Siempre atento y sin perdón. Protegiendo al portero evitando la inclusión. No dejando caer al rival en la tentación. Destruyendo la jugada con tesón. Librando de la remontada al corazón y evitando el gol sin excepción, Amén.

Sí, el defensa, pero más aún, el defensa central. Aquella figura que sujeta el timón del equipo y que guía a toda su línea de contención para dejar en KO al equipo contrario. Un trabajo que supone tener al máximo rendimiento los cinco sentidos durante todas las fases del juego y todos los minutos del partido. Es más, existe un sexto sentido que aúna a los demás y es, como dice Puyol, el poder de la mente y el estado de ánimo. Porque esta última premisa indispensable será la que te ayudará a cometer riesgos que provocarán al medio, pero asumirlos supondrá también estar más vivo que nunca.

Esta plegaria se recita cada fin de semana en la famosa Costa del Sol, donde el calor arropa y calienta al fútbol vistoso. Concretamente, es pronunciada con fuerza por Miguel Navarro en la ciudad de Alhaurín El Grande donde defiende los colores de la camiseta del Club Deportivo Alhaurino en categoría sénior. Este conjunto, está cuajando una gran temporada y por ello, se encuentra lidiando entre la segunda y tercera plaza del carro que tira de la tabla de clasificación.

Miguel Navarro, es un destacado central que reúne los seis sentidos sumándolos a ese afán de oficio. Un defensa corpulento que no deja respirar al delantero con un marcaje sobrecogedor y no duda en meter la pierna cuando sea preciso o saltar más alto que nadie para despejar un balón envenenado. Además, es un jugador completo caracterizado por su capacidad para sacar el cuero jugado desde atrás con la pausa y el toque preciso, aspectos que lo convierten en el verdadero alma de la zaga.

Fotos de Daniel Luque.