Sénior | Antonio Romero, la jerarquía del filial sevillista

No es necesario aparecer en las crónicas para erigirse como uno de los grandes protagonistas de la temporada de su equipo, pues Antonio Romero es uno de esos centrocampistas cuyo trabajo invisible resulta indispensable para cualquier engranaje táctico.

Muy poco ha tardado Diego Martínez en percatarse del enorme potencial táctico que posee este chico de 19 años recién cumplidos el 12 de octubre y campeón nacional en División de Honor en 2013 y de la Copa del Rey de 2014, donde portaba el brazalete de capitán, demostrando sus galones.

El talento de Antonio no sólo ha sobresalido en los escalafones inferiores del Sevilla. De hecho, en el primer equipo no pierden de vista sus evoluciones y Unai Emery ya ha podido observarlo de cerca cuando lo reclutó para la pasada pretemporada, dándole minutos en los que no desentonó junto a los Krychowiak e Iborra, entre otros. Esto y sus dos brillantes años en uno de los mejores equipos de la División de Honor le han hecho ganarse el salto al primer filial de pleno derecho.

Allí ya ha hecho gala de su capacidad y carácter. Debutó muy pronto, en el minuto 67 de la primera jornada de Liga ante el Arroyo. Aunque no pudo evitar la derrota de su equipo, el joven mediocentro dejó tal huella que ya no se ha movido de la titularidad en las ocho jornadas siguientes, constituyéndose como pieza imprescindible del centro del campo.

Antonio Romero libera de trabajo a su compañero Cotán, y gracias a su enorme derroche físico  es capaz de abarcar mucho campo para proteger a su equipo. Además, pese a su juventud y al hecho de ser un recién llegado al fútbol profesional, se ha convertido en unos de los líderes del filial gracias a su carácter, capacidad de mando y gran compromiso, el cual demuestra cada fin de semana con sus palabras de ánimo en las redes sociales. Pero no son estas sus únicas virtudes, ya que como buen mediocentro, sabe manejar los tiempos del partido con su pierna izquierda, brillantemente dotada para los desplazamientos largos de balón.

Pero no todo es fútbol en la vida de este deportista que combina sus dos pasiones a la perfección en la Carretera de Utrera, pues Antonio actualmente cursa el grado en Ciencias de la Actividad Física y del deporte en la Universidad Pablo de Olavide, situada a escasos metros de la Ciudad Deportiva sevillista. Allí se forjan los sueños de un joven con un futuro brillante, en todos los ámbitos, por delante y cuyas características darán mucha gloria a la entidad nervionense a medio plazo.